Dall’Ispettoria Maria Ausiliatrice – Medellìn – Colombia
Nos preguntamos:
1. Qué actitudes debemos cultivar para vivir las situaciones diarias con renovado amor y esperanza: ¿una señal de que algo nuevo está llegando?
Apertura y docilidad al Espíritu imitación de María que se dejó guiar por El desde la anunciación hasta Pentecostés.
Reavivando la fe en la fuerza transformadora del Espíritu, que mediante una vida de oración que se nutre de la Palabra de Dios, se fortalece en la fidelidad de cada día y se expresa en el testimonio de las relaciones fraternas
Ser mujeres espirituales, profundamente humanas: capaces de saborear la alegría de dar y recibir amor en gestos sencillos de acogida, respeto, perdón, calor humano, paciencia y confianza.
Cultivar la interioridad que evita el activismo y la aceleración.
Lograr armonía personal y comunitaria, confianza, misericordia, evitar las prevenciones
Apertura para percibir la presencia de Dios en cada Hermana
2. ¿Cómo podemos ayudarnos a ser más conscientes de la presencia activa y transformante del Espíritu Santo en nuestra experiencia personal y comunitaria, en la vida de los niños, los jóvenes y las personas que encontramos?
Cultivando el silencio, la oración y la escucha
Viviendo en paz y en unidad para liberarnos de los prejuicios y actuar con libertad,
espontaneidad y alegría
Estamos muy presentes a nosotras mismas
Teniendo siempre la puerta abierta al diálogo
Potenciar un optimismo saludable que valora lo positivo que hay en los demás
Empeño en humanización de las relaciones fraternas y en los pequeños detalles
que hacen la vida comunitaria más creíble
Orando al Espíritu para que sea El quien nos ilumine y ayude.
Fortaleciéndonos en la contemplación de la Palabra
Mirando lo bueno y lo bello de cada situación; mirar con ojos nuevos los cambios en la realidad que vivimos
Reconociendo nuestra fragilidad y la de los otros, como el espacio en que el Espíritu puede habitar y actuar
Descubriendo la presencia de Dios en los otros y en la realidad.
Compartiendo los signos de vida en la Comunidad y en el ambiente.}Ser más cercanas con las Hermanas más necesitadas
Acogida, respeto y trabajo con los laicos
3. ¿Por qué el coloquio, que según don Bosco es la llave que abre los corazones ha caído en desuso en algunas de nuestras realidades?
Por autosuficiencia. Falta de fe y de confianza
Algunas hermanas lo relativizan y no lo creen necesario
A veces no hay reserva , falta el secreto, y se relativiza lo que se dice y se expresa
Falta crear empatía y prestar atención a la persona… “como única”
Expresar lo que cada una lleva dentro de sí es muy difícil: se necesita pobreza y
humildad.
La realidad personal varía de acuerdo a la edad, el estado de salud y otras
situaciones particulares.
Para algunas Directoras es imposible estar atentas, disponibles y presentes en las
Comunidades por sus múltiples quehaceres.
Hemos adquirido una mentalidad independiente y poco humilde
Hace falta fe para descubrirlo como el paso de Dios y experiencia privilegiada de
formación
4. ¿Qué atención del corazón debemos tener para percibir su Voz, su Luz?
Cuidado permanente a la opción preferencial por el Señor, mediante el cultivo de
una rica vida interior que crece en el silencio, la disponibilidad y el discernimiento.
Actitud de silencio, escucha, contemplación.
Conciencia de lo que somos en humildad
Gratitud ante la bondad de Dios
